
Después del trasplante capilar, es normal experimentar costras y enrojecimiento en la zona tratada. Este proceso forma parte de la recuperación y suele durar entre 7 y 14 días. Las costras se desprenden de manera natural, y es fundamental evitar rascarlas para no afectar los injertos. Se recomienda lavar el cuero cabelludo con suavidad utilizando productos especiales indicados por el especialista. Además, es importante evitar la exposición directa al sol, el ejercicio intenso y el uso de gorros ajustados durante las primeras semanas para facilitar una correcta cicatrización.
Si estás buscando una solución definitiva para la pérdida de cabello, el trasplante capilar es una excelente opción. Consulta con un especialista para evaluar si este tratamiento es adecuado para tu caso y da el primer paso hacia un cabello más abundante y natural.